Continuamos con nuestra serie de artículos de cara al verano sobre los cuidados para la piel, dado que hubo un consejo en nov-21, otro en nov-22 y ahora en nov-23

Debemos protegernos del sol

A todos nos gusta tomar sol, y a veces, no podemos evitarlo, porque nuestras actividades, tanto laborales como recreativas, implican estar al aire libre de día, con sol. Debemos tomar medidas de protección, para evitar consecuencias negativas.

La exposición a la luz solar es saludable, pero una exposición excesiva puede ser peligrosa. La sobre exposición a la radiación ultravioleta (UV) del sol puede redundar en una dolorosa quemadura de sol, así como también en muchos otros problemas serios de salud como el cáncer de piel, el envejecimiento prematuro de la piel, daños oculares, como cataratas, y a la supresión del sistema inmunológico. Los niños se encuentran particularmente en riesgo.

Aún hay muchas personas que no están conscientes del alcance del cáncer de piel. El cáncer de piel no melanoma es el cáncer más frecuente en el Uruguay y en el mundo. Detectado a tiempo es altamente curable, pero en etapas avanzadas puede ser mortal.

La detección temprana del melanoma puede salvar su vida. Un lunar nuevo o cambiante debe ser evaluado por un dermatólogo.

Medidas de protección

No exponerse a quemaduras solares
Las quemaduras solares aumentan significativamente el riesgo de desarrollar cáncer de piel, especialmente en los niños.

Evitar broncearse al sol o en camas de bronceado
La luz UV de las camas de bronceado y del sol causa arrugas y cáncer de piel.

Aplicar generosamente el protector solar

El protector solar debe tener un Factor de Protección Solar (SPF) de por los menos 30, y ofrecer protección de amplio espectro tanto de los rayos ultravioleta A (UVA) como de los ultravioleta B (UVB). Es necesario aplicarlo en la piel expuesta una media hora antes de estar al aire libre, y repetir la aplicación cada tres horas, incluso en días nublados y después de nadar o sudar. Es necesario protegerse del sol durante todo el año, pero muy especialmente desde mediados de setiembre hasta fines de marzo, cuando las radiaciones UV son más intensas.

Usar ropa protectora
Ropa protectora implica ropa que cubra la piel, preferentemente de colores oscuros, y con tejidos de trama compacta, como una camisa de manga larga, pantalones, un sombrero de ala ancha y lentes de sol, con filtro UVA y UVB certificado que bloquean un gran porcentaje de la radiación UV que daña la vista.

Preferir la sombra
Debemos recordar que los rayos UV del sol son más intensos entre las 10 a.m. y las 4 p.m. Los lugares sombreados ayudan a evitar o limitar la exposición solar. Son ideales las sombrillas de telas compactas, las enramadas, árboles o techos.

Tener especial precaución en el agua, la nieve o la arena
El agua, la nieve y la arena reflejan los rayos dañinos del sol, los cuales pueden aumentar su probabilidad de quemaduras de sol. Misma cautela para superficies pintadas de blanco, como una azotea, por ejemplo.

Consultar el índice UV
El Índice UV ofrece información importante para ayudarle a planificar sus actividades al aire libre y así evitar la exposición excesiva al sol.

Obtener vitamina D de forma segura
Obtenga la vitamina D de forma segura mediante una dieta que incluya suplementos vitamínicos y alimentos fortificados con vitamina D. No hay que buscarla del sol.

Atención especial con los niños

Las últimas investigaciones médicas, apuntan a que es fundamental proteger a los niños y los adultos jóvenes de la sobre exposición a la radiación UV.

Para los bebés menores de 1 año, la Academia Americana de Pediatría recomienda

. Evitar la exposición al sol y

. Vestir a los niños con pantalones largos livianos, camisas de manga larga y sombreros de ala ancha.

A causa de la mayor sensibilidad de la piel, el tiempo dedicado a las actividades al aire libre y otros factores relacionados, el 80% de la exposición ocurre antes de los 18 años. El bronceado es la respuesta de la piel ante la agresión de la radiación UV solar, como el daño se acumula a lo largo del ciclo de la vida, es necesario comprender que, si respetamos el color de nuestra piel, colaboramos con su cuidado y preservamos nuestra salud.

Cuida tu piel, es única.  Protegerse del sol es la mejor opción.

Conocer la piel es el comienzo para identificar cambios que necesitan una consulta, por eso es necesario prestar atención a los lunares que pueden ser sospechosos, y hay 5 características a evaluar, la llamada regla ABCDE:

. Asimetría: ambas mitades son diferentes.

. Bordes: irregulares o borrosos.

. Colores diferentes en el mismo lunar: negro, marrón, blanco, rojo.

. Diámetro: mayor a 5mm, aunque incluso menores pueden ser cancerosos

. Evolución: cambios en el tamaño, color, forma. Puede sangrar o picar.

Puede parecer un simple lunar y pasar desapercibido, por eso: si ves en la piel un lunar con cualquiera de estas características es necesario hacer una consulta con especialista en dermatología.

Si es detectado a tiempo, en una etapa precoz, el cáncer de piel se opera y se puede curar.
En caso de encontrar una nueva lesión en la piel o que una ya existente cambie en tamaño, forma, color o volumen, es importante consultar al especialista en dermatología, que te va a examinar con ayuda del dermatoscopio. La dermatoscopía es una técnica no invasiva que mejora el diagnóstico clínico de las lesiones cutáneas, especialmente las pigmentadas, es decir, pecas y lunares. Permite identificar estructuras de la piel que son invisibles al ojo. Ha demostrado aumentar la precisión diagnóstica del melanoma en profesionales entrenados.

La existencia de muchos lunares, antecedentes familiares o personales de cáncer de piel, es causa de visitas periódicas al dermatólogo.

Si bien las personas de piel más clara, que queda roja al exponerse al sol, tienen mayor riesgo de cáncer de piel, cualquier persona puede desarrollarlo.

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