QUÉ ES – Es una prueba diagnóstica utilizada para identificar el origen de las infecciones vaginales. Es una técnica sencilla, que requiere pocos minutos y no resulta dolorosa, en la que se analizan las secreciones vaginales, para identificar la presencia o no de una infección, así como el patógeno que la causa
Consiste en la toma de una muestra de la secreción de la vagina y del cuello uterino. Este proceso lleva solo unos minutos y las posibles molestias que ocasiona son mínimas.
En condiciones normales, las secreciones vaginales son inodoras, de color claro o transparente, de consistencia viscosa, homogéneas y tienen un pH ácido, inferior a 4,5. Están compuestas por moco proveniente del cuello uterino, y su cantidad y aspecto pueden variar con la edad, la fase del ciclo menstrual, la excitación y la actividad sexual, los anticonceptivos o el embarazo. Cuando se produce una infección vaginal, las características de la secreción vaginal cambia, haciéndose más abundantes, con mal olor, de color blanco, amarillo o pardo.
El examen en el laboratorio de una muestra de exudado vaginal, permite identificar la presencia o no de una infección y el patógeno que la causa, permitiendo así realizar el tratamiento adecuado en cada caso.
Se solicita cuando existe la sospecha de una infección vaginal. La presencia de picor, escozor o ardor, asociado a cambios en las características habituales de la secreción vaginal son síntomas característicos de la presencia de una infección vaginal. Algunas veces, los síntomas y el aspecto del flujo vaginal son tan característicos que el diagnóstico resulta tan evidente no siendo obligada su realización. Pero, ante la duda de que exista infección o del posible agente causante, se toma una muestra de la secreción vaginal. Las características de la secreción como el color, cantidad o la consistencia, orientan al ginecólogo sobre la posible causa de la infección.
Durante el embarazo. el exudado vaginal se realiza de forma rutinaria en fechas próximas al parto para identificar la presencia del estreptococo agalactiae, una bacteria que se ha relacionado con infecciones en el recién nacido y en la madre. En caso de que se detecte este microorganismo a la embarazada, se le deberá realizar un tratamiento antibiótico profiláctico durante el parto.
PREPARACIÓN.-Se recomienda haber finalizado la menstruación tres o cuatro días antes, abstenerse de tener relaciones sexuales en las 48 horas previas a la prueba, lavarse externamente con agua y jabón (no hacer lavados internos ni aplicarse desodorantes vaginales), y no usar tratamientos tópicos (óvulos, espermicidas, cremas vaginales) siete días antes a la prueba.
PROCEDIMIENTO.- La paciente deberá pasar a la sala de exploración y se descubrirá sus genitales, cubriéndose con un paño, se le indicará que se siente en la camilla ponga los pies en los estribos en posición ginecológica, para que el técnico proceda. Para obtener una muestra del flujo vaginal que sea adecuada para su estudio, esta se obtiene del lugar donde se acumulan las secreciones, el fondo posterior de la vagina (fondo de saco posterior). Para acceder a él, se coloca un pequeño instrumento, llamado espéculo, que abre vagina y exponiendo a la vista las paredes vaginales y el cuello del útero. Este procedimiento es totalmente indoloro, quizá ligeramente molesto para algunas mujeres.
En ocasiones, es preciso que la toma se realice del canal endocervical, es decir a través del orificio del cuello uterino, introduciendo en él un palillo con una terminación de algodón (hisopo). El hisopo se impregna de las secreciones y finalmente se introduce este en un tubo que tiene un medio de cultivo que permite la nutrición de los gérmenes durante el proceso de transporte al laboratorio, donde se hará su análisis.
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